Esteban González
Puerto Tirol-Chaco-Argentina
Libros publicados:
*Jugar Para Leer (propuesta casi informal de acercamiento ala lectura, 2000)
*Mínima Expresión, libro de poesías premiado en el certamen Provincial de Poesías y Cuentos “Alfredo Veiravé” año 2001 de la Subsecretaria de Cultura de la Provincia del Chaco
*Catálogo de Libros Chaqueños (2000, 2003 y 2004).
*Indice de autores Chaqueños
*Al Margen de la Resistencia
*Malos Pensamientos, 2008
*De Ángeles y Demonios, 2009
OBRA
SELECCIÓN POÉTICA
I
Ya no escribiré más sobre el amor
harto de rimas sin rimas
y versos libres sin libertad
me pide que lo viva.
Que sienta el vuelo de una mano recorriendo
mi pesada humanidad,
que naufrague en los perfumes extraños
del cuerpo abatido
y sienta la sal de una gota de sudor
que rueda sobre una almohada.
Para poder volver a escribir
deberé reconocer una boca entre mil bocas,
impacientarme con las ausencias,
reconocerme animal en acecho,
fiel en sueños y despierto.
Con la tentación rondando mi cama.
Hambriento, sediento, más animal aún.
Para volver a escribir sobre el amor
Debo amar sin lápiz y papel
...debo sentirlo, encontrarlo, seducirlo
dejarme seducir como alguna vez...
II
Hace tanto tiempo que busco
reconciliarme conmigo, contigo,
y no me encuentro.
Estoy lleno de zonas oscuras
por donde no puedes transitar
y el recuerdo es una deuda pendiente.
Hace tiempo que busco
reconciliarme conmigo, contigo.
Perdonarme. Disculparme.
Saldar las cuentas que me debo,
las que te debo,
olvidar las que me debes.
Para re-coincidirme contigo,
hace tiempo que me busco
con tantas ganas y miedos por igual.
Con tantas incertidumbre.
...y no me encuentro...
Hace años que publico un edicto
citando a beneficiarios y deudores
de mis tiempos mezquinos.
Y no apareces:
En tantos años
puedo conmoverte otra vez.
III
En este ir y venir
despojado de palabras
intento retomar los ritos cotidianos
del calor del café,
el resto de una mirada,
el aroma de hierbas robadas.
Intento sorprenderte cada instante
sin el pánico de tus causas perdidas,
para que no me sorprenda con el pánico
de mis causas perdidas.
Tan iguales y tan distintos.
Jugando a las escondidas
en un juego ocasional y peligroso.
Hay que huir del mal amor.
Si nos sorprende
tejerá una gran soledad de dos,
nos unirá por nuestras causas perdidas
y nos separará en cada victoria.
IV
Ahora que siento otros ojos que rozan mi hombro
sobre tu hombro
dudo de tu fidelidad.
Dudo de tus palabras.
De tu amor.
Del calor de tu cama.
De tus llamadas.
De tus correos.
Esa mirada que reconoce tu piel
que también reconoce la mía, delata.
Pero tú no tiemblas. Amas. Deseas.
Por separado, con puntos y apartes.
Yo tiemblo porque ahora como nunca,
amo y deseo al mismo tiempo
sin puntos, comas, puntos suspensivos
ni signos de preguntas.
...y tengo miedo, me siento un intruso,
y conjeturo el final una de estas noches.
V
Y llegas como nunca llegué
porque tengo el vuelo corto
como las aves que no migran.
Dejo pasar las estaciones,
me abrigo escondiendo soles,
imaginando los frutos del verano,
protegiéndome de las tormentas
que despeinan y asustan a los genios,
escapando de los ojos
que me persiguen en la oscuridad.
Llegas como nunca sabré llegar,
con brisas de caricias y perfumes de mirtos.
Y te vas,
yo te sigo con el pensamiento.
Anido a dos siglos y tres mares de distancia.
VI
Octubre se impacientaba en primaveras.
La noche era un invierno perezoso
que jugaba con hojas amarillas
y buscaba los bolsillos.
Me sorprendió la mañana
en un lugar conocido
que desconozco.
Quiero quedarme porque tengo frío.
Debo marcharme porque siento frío.
Tengo sueño,
es una excusa para quedarme.
No tengo sueño,
es una excusa para marcharme.
Sin sueño y con frío.
Octubre se impacientaba en primaveras.
La primavera
era una mañana amenazante.
VI
Que te puedo contar
A estas horas de la mañana.
mi corazón trota sin prisa
Y reclama la limosna tibia de una caricia.
Unos ojos me vigilan como alguna vez
y agradezco el refugio de tu puerta.
He dormido en paz
en tu campo de batalla,
o en la paz de tu campo de batalla
he dormido.
No soñé nada.
Quizás porque los sueños
estaban allí.
VII
En el incendio que propaga el deseo
sin definir si lo buscas
o te ha encontrado,
hay un hombre que mira solitario,
hay un ángel que espera desolado.
La luz enceguece las pupilas
y no permite contenerla con las manos.
El deseo va como una espada
suda en la piel, enciende la mirada,
y uno desprovisto de defensas
se hace leño, lo alimenta, lo propagada.
Naufraga en el mar de la otra orilla
donde el amor enciende otra esperanza.
VIII
He recorrido el mar
de tu infancia con mis ojos de montes.
He recorrido la playa
buscando tu risa y tu canto.
He dejado al abandono de caracoles
suicidados o crucificados
mi corazón latiendo
para que un día, no se cuando,
lo encuentres y me lo devuelvas
por e-mail
en vuelo de gaviotas,
o me lo guardes en el bolsillo
la próxima vez que te encuentre.
IX
Es el amor.
Lo se.
Un camino de hormigas me invade.
Los manantiales de la risa fluyen,
un río de palabras me inunda.
Es el amor.
Aún recuerdo sus latidos,
sus olores.
sus silencios,
su promesas,
su impaciencia.
Me ilumina un millar de girasoles
y el alma se impacienta como una lejana vez.
Es el amor.
Tengo el temor de confesarlo,
No se si escapar o dejar que escape.
Albergo la esperanza
que se quede.
X
Esta primavera
me encuentra desprolijo
de ideas y papeles.
Estoy tratando de hilvanar una palabra
a otra para consolarme
de esta sed de escribir
y sigo en blanco.
La musa se fue
tras un nuevo amor
que promete eternas primaveras.
Algún día volverá.
Las primaveras no son eternas,
como el amor,
la pasión,
el olvido.
Volverá para que les dibuje beso a beso
las alas...para volver a volar.
y repetir el juego de partir y regresar.
XI
En este cavilar de medias tintas
descubriendo mi idas y venidas
descubro que el amor pasó a mi lada
hace noches en un hotel de mala suerte.
No se si por cobarde o por prudente
el temor de sentirme acorralado
vago solo por la acera de la noche
ocultando mis temores y fracasos.
Y ahora vienes a mí como la brisa
deteniendo mi andar despreocupado
y en la frontera sofocante de la siesta
reconcilias mi presente y mi pasado
XII
Ya no serán los días de agosto
ni los fríos tardíos de septiembre
los que me obliguen a buscarte.
Ya no serán las lluvias tempranas de marzo
ni los vientos de junio.
Ya nada será.
Aquí, a la distancia tan lejana y tan cercana
te sorprendo vagando
por las calles ruidosas y coloridas
de esta ciudad oportunista y mal amiga.
Ya nada será como antes porque el corazón obliga otros rumbos menos sutiles
más agresivos
donde te tome del hombro
y te obligue a seguirme
por los laberintos de mis días
que no son los días que soñamos
que alejaron el buen amor.
de nuestra compañía.
Ya no, sorpréndete porque salgo a buscarte
animal herido, animal al acecho
antes de caer otra vez en otra trampa
del cazador furtivo y ocasional
que me quita de a poco los sueños
y me aleja de los tuyos.
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