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"... el bibliotecario protege los libros no sólo contra el género humano sino también contra la naturaleza, dedicando su vida a esta guerra contra las fuerzas del olvido"
Umberto Eco

DÁVILA, Gloria


Gloria Margarita Dávila Espinoza

Huánuco-Perú//Tingo María-Huánuco-Perú


Obras publicadas:

Redobles de Kesh, (poesía) Colibrí Amaro Ediciones, Lima Perú 2005
Kantos de Ishpingo, (poesía) Manoalzada Editores, Lima Perú 2007
La Firma, (novela), Lulú Editores, España 2009, 1era edición
Danza de la Noche, (poesía) Arteidea Editores, Lima Perú 2010
La Firma, (novela), Arteidea Editores, Lima Perú 2010, Primera Edición

OBRA:

SELECCIÓN POÉTICA

SOMBRA CAMINANTE POR ETERNO

A un poeta que se fue con el río,
Javier Heraud

Avanza la noche
callan las piedras a su paso
agazapada va
es cómplice el viento
es mudo el polvo
es cemento desde esta noche...
…y es la más negra de las noches
y es que se va con el río
se llevan la piedra
y hasta dicen que
ha perdido ya su nombre
tras la mirada oculta
de una niña en silencio
van eclipsando sonrisas en su afán
no es más luz, ella dejó de existir.
El ronquido de la noche
es gruesa gota de rocío
un tambor a lo lejos
anuncia su muerte
y entre fieras
han plagiado su estertor
el búho no sabe más de cantos
sus últimos y jóvenes graznidos
fueron de las tinieblas su tapiz
ahí va por vez nona
estertor tras estertor al olvido
mientras su esencia tamboril extraño
no hay piedra o camino que
no haya desandado
y hasta es inútil el pedido
de su aorta que lanza su quejido
que no tiene eco ni sonido
hoy sólo ha pedido un murase al cieno.


A MIS PENÉLOPES

aquellas que corren tras el pórtico
esperando pasos y caminos
besos y destinos
nombres y hombres
sonrisas y mieles
tejiendo su vida al
armazón del olvido.

a esas mujeres arañas
que entre ruecas
esgrimen penurias
escalan hieles
de sombras y
lunas llenas
a ésas…

que el destino le roba el tic tac
que el mar ha batido sus alas
y que el verde prado ha
sabido amalgamar sus madreselvas
de esperanzas todas.

a esas mis Penélopes que
saetas perfilan y entre tanto
su corazón late como roca
desoyendo el canto de sirenas
porque saben a musgo.

a ésas que entregan la piel lozana
aún a sabiendas que el tiempo curtiembre
hace de ellas para ver su morada
en la última escalinata de la existencia y
a pesar de todo y de nada
aman hasta el calvario.


LA MUJER DE ROJO EN 7 COLINAS

I

mujer frontera insurrecta de Saba
ya casi no me acostumbro a
tu parada de tren en mariposas
a tu estación de torpedos
estigmas de milagros
amuletos de fósiles
diluvios en hierros
soledad en viejos desiertos
travesía de buitres en acecho
bálsamo de calvarios
voy en silencios debajo de tules y cerbatanas habitadas
como cuando la noche te llama
para pintar tu blanca cabellera en una sombra
que arranca los cielos por doquier
redimiendo el oficio de liturgias
en lenguas de exultación.

II

no quiero llorar a cántaros
y entre el fuego eterno
me consumo para ser la Khalo
revolviéndome en el blanco espiral
hasta el hartazgo en pinceles de Rivera
en donde es posible soñar a complicidades de vértebras
y restando pienso arribar a tus manos-firmamento
e ir a la caza de anhelos pérfidos a cubrirme de tu negro coral
en tanto escalinatas y trenes vayan en marcha enredada
para ser lianas y no dudo que sea
la primera vez que duerma a campo abierto
ni tampoco la última estación de agoreros espacios
cubriendo mi única máscara pintada de sirenas.

III

quiero cantar a mares para ser
tu Penélope en telares y arcos de saetas
o quizá tu Juana de Arco y nacer en Domrémy,
pero me sintetizo entre la gota fría de tus fuegos
regresando todavía más
a mostrar mi rostro fiero
para que el camino no trace mis nostalgias
de saberme sombría y ser a tus antojos
de miradas tu desértico arenal
en la que en tus labios
apenas sea el leve ronquido de sus cuerdas
gritando al torniquete de mis células
mientras una nube turbia
se pinta de amapolas consumadas
frente a tu asombro que no tiene fin.

IV

no quiero ser mujer color brisa en Calcuta y
entonando galopes ir convertida a zumbido de moscas
abejas y enjambres
en donde sufre tu María Magdalena
que no es roca ni aire
apenas una gacela huyendo
de su caos y acaso no de su alma polvorienta
para no ser un accidente más en medio de purpúreos días de gólgotas.

V

quiero ser Elena, mujer de rojos espejos riendo a carcajadas
pero me diluyo en mieles lechosas de hielos pétreos
y es posible que los pasos de un caballo de madera se sumen a rieles de un tren
huyendo del mundanal pintado de ébanos
respirando abandonos y batallas
navegando en sospechas de ser musa traicionera y
porque hoy por enésima vez la Eva del paraíso ha vestido mi rostro
voy a escarbar tus rastros por eso ven y
visita tu fuente para dejarme convertida
en reflejos y escamas de peces, pelambres, pezuñas y cascos
aquellas que irán al acecho de tristes trashumantes
vestidos de cuervos sin piel.

VI

roja mujer de esperanzas intentado ser tu Cleopatra
curvando el mundo en cuclillas
preñada de raíces en bardos
para ser otoños y hojas caídas
de leyes extrañas a tus oídos
lunas vibrando en un escondite
de mudos estallidos de alquimias
quiero ser.

VII

ejercito hoy ser las raíces de tu árbol en escamas
tu explosión de miradas
en pugna por ser:
mujer árbol
mujer río
mujer sol
mujer manos
para tus pocos cartuchos blancos que erigen hoy paz consumada
que en retornos de casas
luceros y caminos
de ausentes diálogos sumada
para ser agua que no reste la vida a cuenta gotas.

VIII

mujer hormiga
mujer pájaro
mujer catarata y fuego
mujer ceniza y tiempo
mujer útero de estrellas
mujer bandera y patria
mujer frontera sin hito
mujer flagelada por el hambre
mujer antorcha de caminos
mujer maíz y sed
mujer en procura de la inmaterial fábula
de postulados parmenídeos
camino en tus sandalias que nunca se gastan
para ser tu rapsodia y antologías de
escalinata a parodias
volviendo a tu estoicismo retorno
en esta fragua del logos universal.

IX

Quiero ser tu Catalina,
mujer-hamaca de pieles y arco iris
abanico de torrentes escarnios
para que juegues con tus dados perdidos
y resumes diciendo
ésta es tuya y la otra también
y tus dinastías hayan perdido su color
y mis blancas pieles se tiñan de batallas
en manos de alfareros
por marcar los pasos del mundo
sin medir el termómetro de tus
fanegas y arrobas de suspiros
debajo de una puerta cerrada
para ser catequizada estratosfera
porque tú eres mi cáliz, mi fe
y mi cruz
te persigo en el olvido del tiempo inmutable.

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